Hay que reconocer que el Ayuntamiento de Bilbao puede pasar bastante desapercibido entre tantos otros focos de atención como tiene actualmente la ciudad. Ya sabes: cuando los Altos Hornos fueron sustituidos por acerías compactas, Bilbao dejó de ser un paisaje negro al estilo de Manchester y empezó a recuperar su verdadera cara, escondida detrás del humo durante tantos y tantos años. ¡Y vaya que se tomaron en serio eso de renovar la villa!
Tan en serio que hoy, entre el futurista Guggenheim, las enormes y sofisticadas Torres Isozaki, la pasarela de Calatrava y alguna escultura de Oteiza, pocas son las miradas que se detienen en la casa consistorial.
Sin embargo, vale la pena acercarse a ver este ayuntamiento diseñado por Joaquín Rucoba. Así se llamaba el arquitecto municipal al que, en 1883 y recién aterrizado en la ciudad, pidieron por favor que hiciera un edificio nuevo, que al anterior ya le pesaban un poco los siglos y, sobre todo, los estropicios de tanta bomba y tanto asedio.
Joaquín se puso al trabajo y buscó inspiración en la arquitectura francesa (dicen que en el ayuntamiento de Tours, exactamente), para darle a la ciudad de Bilbao una obra a la altura de su poderío y su fortuna. El resultado lo tienes delante: una construcción suntuosa, con una gran escalinata de entrada, las estatuas de la Ley y la Justicia bien visibles, y una torre central que, junto al estilo neobarroco, le da al conjunto un aire a los consulados de Flandes donde algunos comerciantes bilbaínos hicieron negocios siglos atrás.
La obra ascendió al enorme pastizal de un millón y medio de pesetas, a lo que habría que añadir el coste del banquete y los solemnes y bilbaínos actos del día de la inauguración, que tuvo lugar el 17 de abril de 1892.
Hoy, visto todo desde ciento veintitantos años más tarde, no se puede decir que aquel edificio fuese una mala inversión. El ayuntamiento ha demostrado su solidez soportando, sin inmutarse, todo ese tiempo de inclemencias meteorológicas y más de cuarenta gobiernos municipales, uno detrás de otro. ¡Casi nada!