Con una extensión de casi 95.000 m² y un estanque de 780 m2, Cristina Enea es el Parque más grande de la ciudad. Del tipo “Jardín Inglés”, este lugar está considerado como uno de los más interesantes parques históricos urbanos de España.
Fue concebido, en 1890, por el donostiarra Fermín de Lasala, Duque de Mandas, tras comprar un terreno llamado Finca Mundaiz, el cual ya incluía un pequeño Palacio, y al que posteriormente le fue anexionando otras fincas, caseríos y huertas…
Lo disfrutó hasta que, tras su muerte sin descendencia en 1917, se lo donó al Ayuntamiento de la ciudad, tras un periodo previo de usufructo para con sus familiares… Eso sí, poniendo como condiciones que en él ni se edificase, ni se modificara su trazado, ni se talase árbol alguno. El Parque tampoco podría ser destinado a cualquier otro uso distinto al de zona de paseo pública, se debía de cerrar por la noche y tendrían que prohibirse los deportes de pelota.
Así que, a partir de su establecimiento como un Parqué abierto a la ciudad, sucesivas obras lo han ido acercando cada vez más a sus habitantes y turistas, entre las que destacan los nuevos accesos mediante una pasarela peatonal elevada desde el río, así como otra segunda pasarela más reciente, que lo conecta con el nuevo barrio de Riberas de Loiola.
Un apunte sobre su nombre: En contra de la creencia popular, el nombre de Cristina-enea no se debe a la Reina María Cristina, visitante habitual de la ciudad, sino a la esposa de su dueño, la señora Cristina Bruneti.
En la parte superior del Parque, se encuentra el antiguo Palacio del Duque, hoy reconvertido a Centro de Recursos Medioambientales.
Patos y patas, blancos cisnes, coquetos pavos reales y miles de pájaros campan a sus anchas con total libertad entre quienes disfrutamos paseando por este espacio de la naturaleza. No dejes de probarlo…