A sólo unos kilómetros de San Sebastián nos topamos con el precioso pueblo de Zarautz, lugar que te dejará asombrado por la cantidad de alternativas de ocio y cultura que te puede ofrecer.
Comenzamos nuestro paseo por su playa, todo un icono entre los surfistas gracias al campeonato internacional que aquí se celebra cada año. Sus nobles y variadas olas de derechas y de izquierdas, junto a la temperatura moderada del agua durante todo el año, la hacen idónea tanto para los profesionales, como para los que quieran iniciarse en este espectacular deporte.
En el Paseo Marítimo que acompaña a esta playa a lo largo de sus 2,5 km de extensión, podrás disfrutar de agradables terrazas y bonitas vistas al mar. Y atención! En la mitad de dicho paseo encontrarás el hotel-restaurante del famoso y televisivo cocinero Karlos Arguiñano. Otro artista menos gastronómico, el pintor impresionista Joaquín Sorolla, pintó a su mujer y a su hija aquí, en la playa de Zarautz, titulando su cuadro como “Bajo el toldo“.
Al este del arenal, y frente al mar, se encuentra el Golf de Zarautz y junto al mismo podrás echar un vistazo al biotopo protegido de Inurritza, donde coinciden en poco espacio las dunas, las marismas y el estuario. El sistema dunar es el más extenso de Gipuzkoa con 177.000 km2, pero la mayor parte pertenece al Golf. Debido a las extremas condiciones que ofrece este lugar por la mezcla de agua dulce y agua salada la flora es escasa y ha tenido que desarrollar sistemas muy complejos para retener la humedad. La fauna en cambio es muy abundante y si eres sigiloso, podrás ver aves, anfibios, reptiles e insectos de lo más variado.
Antiguamente, hasta esta parte de la playa llegaban por aire vagonetas cargadas de mineral de hierro. ¡Sí, sí, has oído bien! Hace más de 100 años aquí se utilizaba un transporte aéreo desde Asteazu, que está a 11 km. A través de 112 caballetes metálicos se desplazaban hasta 150 toneladas de hierro a la hora, o lo que es lo mismo, el peso equivalente a 25 elefantes. Puedes acceder a este embarcadero de mineral llamado Mollarri, bien en coche o bien por unas escaleras de madera que parten desde el extremo derecho de la playa.
Dejando ya la zona de costa y adentrándonos en el pueblo, decirte que podrás visitar dos museos: el Museo Fotográfico Photomuseum y el Museo de Arte e Historia, parte del Conjunto Arqueológico Monumental de la Iglesia Santa María la Real. En este último podrás ver diferentes niveles de ocupación del terreno desde la Edad Media hasta la actualidad. Esta iglesia de estilo gótico, tal y como pasaba con muchas iglesias del País Vasco, fue levantada con una sola nave, añadiéndose más tarde las capillas laterales para así, darle la forma de una cruz latina. La columna de crucero que ves en el exterior pertenecía a la iglesia, antes de que un camión se la llevara por delante accidentalmente. Y la cosa es que éste no ha sido el único incidente sufrido por la iglesia: En el año 1586, el falso peregrino genóves Bartolomeo Casano robó las joyas del templo y tras su captura, fue ajusticiado en una horca rápidamente levantada en una explanada entre la iglesia, el Palacio de Narros (donde Casano había escondido el alijo de joyas robadas) y los astilleros de Santuru.
Zarautz se fundó en 1237 como villa y aunque no tuvo muros defensivos, se construyeron varias casas-torre que se apropiaron de esa función y que hoy en día no pasan desapercibidas. Una de las más impresionantes es Torre Luzea (torre larga en castellano), que junto a la Torre Laburra (torre corta...) defendieron la entrada oriental a la villa durante la Baja Edad Media, dejándonos en herencia estos dos magníficos ejemplos del Gótico civil vasco.
La Torre Luzea (llamada también casa Makatza) es un edificio de 4 pisos donde aún se pueden apreciar restos de la antigua cocina y del aseo medieval encajado en el espeso muro. Gracias a su aspecto monumental no fue derribada a finales de la tan ajetreada Edad Media guipuzcoana, la cual dejaría a la serie “Juego de tronos” al nivel de una película romántica. Es verdad que el rey Enrique IV rey de Castilla eliminó de Torre Luzea los elementos defensivos para así escarmentar a los levantiscos señores feudales que se habían atrevido a desafiarle allá por los finales del siglo XV, pero como en el fondo no era un mal tipo y perdonaba con facilidad, dejó a sus arrepentidos vasallos conservar la torre añadiendo elementos ornamentales tales como los arcos trilobulados y el escudo, hoy en día ya difíciles de ver.
Zarautz también tiene otros edificios interesantes. Por ejemplo el Ayuntamiento, que está instalado en lo que en su día fue el palacio del noble linaje de los Portu, poderosos e influyentes caballeros quienes proclamaban a los cuatro vientos que su linaje era lo bastante poderoso como para hacerse edificar un palacio “a la última”. Es decir, lo que hoy llamamos estilo “renacentista”.
Y estas, son algunas de las cosas que Hay Que Ver mientras paseas por las calles de Zarautz ¡No te las pierdas!.