Como ya os contábamos en otras audioguías, la historia de San Sebastián es la historia de una plaza militar. Antiguamente, ésta era una ciudad fortificada a la que el monte Urgull protegía tanto desde los ataques desde el mar, como de los enemigos por tierra gracias a sus 120 metros de altura.
Su nombre, Urgull, proviene de una palabra gascona que significa Hercúleo, aunque otros consideran que el nombre procede del término Orgullo, ya que así se le llamaba a este monte en el siglo XVIII.
En 1921 Urgull fue vendido por el Ministerio del Ejército a la Ciudad de San Sebastián, quedando convertido en parque público.
Hoy en día puedes elegir entre varios caminos de acceso a la cumbre de dicho monte. El más antiguo parte de las proximidades de la Basílica de Santa María del Coro subiendo por la Cofradía Vasca de Gastronomía. Otro acceso arranca en la Plaza de Zuloaga, frente al Museo de San Telmo, el tercero parte de unas escaleras situadas en la confluencia de las calles Mari y Virgen del Coro y la cuarta vía, lo hace desde el Paseo Nuevo. Lo más recomendable es subir desde san Telmo y bajar por cualquiera de los otros tres, o viceversa. Así te aseguras unas vistas tan variadas como espectaculares.
Ya en la cima del monte, destaca el Castillo amurallado de Santa Cruz de la Mota, cuyo origen parece estar en la época de la dominación navarra, allá por 1194. Este castillo fue destruido y reconstruido en sucesivas refriegas, además de volar por los aires en 1688, como consecuencia de la caída de un rayo en su polvorín durante un tremendo temporal. Cuando acabó la tormenta, los habitantes de la ciudad vieron que la única parte no afectada por la explosión fue la capilla del Santo Cristo, e incluso la lámpara de aceite que lo iluminaba permanecía encendida... ¡Milagro! exclamaron… Y así quedó conocida la imagen como la del Milagroso Santo Cristo del Castillo de la Mota.
Actualmente, su parte más alta está ocupada por tres pequeñas iglesias o capillas, rematadas por la estatua del Sagrado Corazón de Jesús y el castillo de la Mota, el cual hoy en día tiene el estatus de Monumento Nacional y de Monumento de interés arquitectónico, histórico y artístico.
Una curiosidad es que en el siglo XIX se situó en esta fortificación una torre del telégrafo que comunicaba Madrid con Irun.
En el macho del castillo hay un gran arco. Las versiones más sensacionalistas dicen que de él pendía una horca, pero nada más incierto. Más bien al contrario, ya que lo que realmente colgaba de él fue una campana que salvó muchas vidas durante las guerras carlistas, al utilizarse para avisar de los ataques inminentes y dar tiempo a la población a resguardarse.
Y es que en aquellos tiempos, los portales de la ciudad tenían que estar siempre abiertos por orden del consistorio y el sonido de esta campana, les daba tiempo a echar el cerrojo mientras duraba el ataque.
Pero volviendo a la cumbre, deciros que fue un 27 de junio de 1948 cuando se inauguró la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, construido por Coullant Valera y rematándose en 1955 con la capilla que lo acompaña. La estatua mide 12,50 metros y el monumento completo alcanza los 28 metros y medio. El costo total de la obra fue de 1.300.000 pesetas, o sea, unos 7.800 euros
No te pierdas la serie de fortificaciones, baluartes y baterías que rebosan por el lugar: La batería de las Damas, la de Bardocas, la del Mirador, el polvorín de Santiago, la galería de tiro, la gruta-almacén así como un cuartel a prueba de las bombas de la época. Todo ello, son hoy miradores que te proponen unas vistas de primer nivel, no solo de nuestra ciudad, sino de todo el entorno de montes que la rodean.