Que la mayoría de quienes visitan Burgos vayan derechitos a la catedral, no significa que no haya en esta histórica y guerrera ciudad muchas otras cosas que ver. ¡Vaya si las hay!
Lo de guerrera lo decimos, más que nada, porque su nacimiento se suele situar en el año 884, cuando los cristianos decidieron levantar una señora fortificación a orillas del río Arlanzón para detener a los ejércitos musulmanes.
Pero centrándonos en las cosas que hay que ver por aquí, puedes empezar por el Arco de Santa María, que tiene un aire de castillo de cuento de hadas. Fue construido en el siglo XV, en el lugar de una de las primitivas puertas de la muralla medieval burgalesa.
Un asunto, ese de las murallas, en el que Burgos tiene mucho que ofrecer, con sus abundantes restos de los cubos y bastiones que en tiempos protegieron la ciudad y que formaban una imponente fortificación con noventa torres, doce puertas, diez metros de altura y tres de grosor. De semejante obra, incluso llegaron a beneficiarse los franceses en las guerras napoleónicas; que guardados por las moles de piedra, resistieron el ataque de españoles, ingleses y portugueses.
También gracias a sus murallas, es muy posible que la catedral haya llegado hasta hoy y poderse declarar Patrimonio de la Humanidad. Y es una suerte, porque se trata de un esplendoroso templo gótico, con sus pináculos y sus vidrieras, levantado en el siglo XIII y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad. Sin embargo, no deberías enamorarte exclusivamente de este monumento, porque Burgos tiene iglesias, monasterios y conventos para dar y tomar: San Nicolás, San Esteban, San Lesmes, Santa María la Real, La Merced o el Convento de Santa Clara se nos ocurren así, sin pensar.
También puedes acercarte al Monasterio de las Huelgas, en el que está enterrada Leonor Plantagenet. ¿Y quién es esa moza? Pues ni más ni menos que la mismísima hermana de Ricardo Corazón de León, ese rey que sale en todas las películas de Robin Hood.
Y un último consejo si andas por la zona: dedica un par de horas a visitar el Museo de la Evolución Humana de esta ciudad, con viaje opcional al yacimiento de Atapuerca. La única forma que tenemos hoy de realizar un viaje al pasado de más de 1.000.000 de años para visitar a nuestros antepasados.