En el libro de Jesús Ávila sobre los enclaves mágicos de España, ya se nos advierte que la ruta LE-142 es una de las más interesantes que puedes seguir por la provincia de León. ¿Y por qué? Bueno, pues igual va a ser porque te lleva a Ponferrada a través de una carretera en la que hay mucho que ver. Por ejemplo las minas de Las Médulas, en donde los romanos, tiempo ha, se enamoraron y apropiaron de unos 150.000 kilos de unas piedrecillas metálicas de color amarillo brillante, vulgarmente conocidas como “oro”.
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En el libro de Jesús Ávila sobre los enclaves mágicos de España, ya se nos advierte que la ruta LE-142 es una de las más interesantes que puedes seguir por la provincia de León. ¿Y por qué? Bueno, pues igual va a ser porque te lleva a Ponferrada a través de una carretera en la que hay mucho que ver. Por ejemplo las minas de Las Médulas, en donde los romanos, tiempo ha, se enamoraron y apropiaron de unos 150.000 kilos de unas piedrecillas metálicas de color amarillo brillante, vulgarmente conocidas como “oro”.
Llegamos pues a Ponferrada, que viene a significar Puente de Hierro a pesar de que los romanos la bautizaron inicialmente como “Bergidum”, que quiere decir “paraíso terrenal”. Pero la Historia da muchas vueltas, y resulta que una vez inaugurada la Edad Media, este concepto de paraíso terrenal cambió por completo. Verás…
Resulta que por aquí pasaba el famoso Camino de Santiago, pero para los peregrinos que lo cruzaban viniendo desde toda Europa, ésta era la parte más peligrosa del viaje. ¿Y por qué? Pues porque entre el Valle del Silencio, los montes Aquilanos y su fama de lugar rico en oro, aquella zona estaba repleta de salteadores de caminos de todos los colores y marcas. ¿Y qué pasaba cuando aparecían bandidos que asaltaban inocentes peregrinos? Pues que también aparecían los caballeros templarios, que para eso se había fundado la Orden durante las Cruzadas, allá por el 1115 de nuestra Era.
Es por ello, que cuando llegues a Ponferrada te darás cuenta enseguida de que los templarios que se asentaron en esta ciudad leonesa, estaban decididos a cumplir esa misión a conciencia, desde que Alfonso XI les otorgó permiso para fortificar la villa. De ahí vino construir este gran castillo y palacio sobre los restos del antiguo campamento romano que dio origen a la ciudad. Así lo hicieron aquellos caballeros de blancas túnicas adornadas con una curiosa cruz roja o con su símbolo favorito: una letra griega, la “Tau”, o “T”, que, si te fijas, también verás grabada en esta impresionante fortaleza de 8.000 metros cuadrados y triples líneas de defensa que hoy sigue dominando la villa desde las alturas: el castillo de Ponferrada. Lugar que desde su fundación en el año 1178 fue creciendo y enriqueciéndose hasta quedar más o menos como hoy lo ves.
Dicen que ésta es la mayor fortaleza que los templarios tuvieron en España y seguramente sea cierto. Basta con que te des una vuelta por el interior de este edificio, que perteneció a la Orden de los Templarios hasta su disolución oficial en el año 1314, con la quema de su Gran Maestre Jacques de Molay en el centro de París. Seguramente sea por todo ello, que hoy en este castillo está la biblioteca más extensa que se conoce sobre la Orden del Temple.