A lo largo de la Historia, no son pocos quienes han pasado alguna etapa de su vida buscando el Santo Grial: El Rey Arturo, Hitler, Indiana Jones, el Capitán Trueno y así hasta cansarte de nombres. Pero la búsqueda de la copa que Jesús utilizó en la Última Cena, que viene a ser la búsqueda por antonomasia en las tradiciones cristianas de Europa, ha resultado ser siempre una cosa complicada.
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A lo largo de la Historia, no son pocos quienes han pasado alguna etapa de su vida buscando el Santo Grial: El Rey Arturo, Hitler, Indiana Jones, el Capitán Trueno y así hasta cansarte de nombres. Pero la búsqueda de la copa que Jesús utilizó en la Última Cena, que viene a ser la búsqueda por antonomasia en las tradiciones cristianas de Europa, ha resultado ser siempre una cosa complicada.
Y es que hay bastantes sitios que dicen guardar el Grial auténtico y defienden esa autenticidad con mejores o peores argumentos. Uno de ellos es el Monasterio de San Juan de la Peña, una joya románica encajada bajo una gigantesca roca.
Después de pasmarte un rato con el entorno, pensarás que ya estás preparado para entrar y buscar el vaso sagrado, de oro y piedras preciosas. Pues sentimos decepcionarte, porque hoy, en San Juan, lo único que encontrarás es una réplica, aunque la tradición dice que en este monasterio se custodió el original durante cantidad de siglos, hasta que fue trasladado y terminó en Valencia, o en Montserrat, o en León, o en el sótano de la casa de tus suegros...
Dejando a un lado esa apasionante teoría, encontramos el también apasionante origen del monasterio. La Historia sitúa aquí un centro monástico en el siglo X, pero la leyenda, que tendrá su parte cierta como casi todas, retrocede todavía más, hasta el año setecientos y poco.
Se atribuye su fundación a un caballero al que San Juan libró de una muerte segura, y que tras el suceso, decidió retirarse de la vida mundana y honrar a su salvador. Añade la leyenda que, bajo la gran piedra, un puñado de guerreros cristianos eligieron como jefe a un tal Garcí Ximénez y se dispusieron a zurrar bien zurrados a los musulmanes.
Pero lo que siempre pasa… Que pasa el tiempo y el viejo Monasterio de San Juan de la Peña empezó la cuesta abajo llegado el siglo XII, una decadencia acelerada por las deudas, los pleitos, el deterioro de las construcciones y, como casi siempre ocurre, los incendios. El de 1675 fue tan tremendo que no hubo más remedio que levantar un edificio nuevo en las cercanías para acoger a la comunidad.
San Juan es también panteón de varios reyes de Aragón y Navarra. Su claustro es una maravilla, su emplazamiento es una maravilla, y su Historia y su leyenda son ambas maravillosas. Te aseguramos que es un lugar de esos que no te dejarán indiferente.