Si ya has visto con tus ojitos o escuchado en nuestras audioguías, como el Románico, el Gótico y el Renacimiento rebosan por las calles de León, tal vez te hayas preguntado… ¿Y qué pasa con el Barroco?
Y tienes toda la razón, porque el Barroco de esta ciudad, parece jugar a esconderse entre los edificios que hay que ver en León. Tenemos algo en la Iglesia de San Marcelo y un poco más en la Iglesia de Santa María del Mercado, donde se mezclan elementos medievales y renacentistas con una torre barroca.
Pero lo más cerca que puedes estar de edificios barrocos puros en León se reduce básicamente a dos: Uno es el Hospital de San Marcos y otro es el antiguo Ayuntamiento de la Plaza Mayor.
Y eso que el Hospital de San Marcos, actualmente Parador Nacional, no es exactamente Barroco. Es más bien Renacimiento tardío, o sea Plateresco, pero fue un edificio que se fue construyendo tan lentamente, que su decoración quedó marcada por épocas posteriores a dicho estilo Plateresco.
Otras veces, las manías y gustos personales del cliente, o sea, de quien encargaba construir el edificio, obligaba a contenerse a los arquitectos de la época. Es por ello que el antiguo Ayuntamiento de León, en la Plaza Mayor, es de una clase de Barroco, pero muy sobrio. Se trata de un edificio más bien clásico, en la línea del estilo ideado por Juan de la Herrera, uno de los nigromantes que, como aún no se habían inventado los consultorios del Tarot, se dedicaba a cumplir los deseos arquitectónicos de Felipe II. Apenas verás adornos en él y lo único que rompe las líneas del Clasicismo renacentista típico, son las puntiagudas torres adornadas con pequeñas buhardillas y recubiertas de pizarra negra.
Este antiguo Ayuntamiento de León es un ejemplo perfecto de ese mundo oscuro y raruno que fue la Escuela de Arquitectura barroca (por encasillarla en algún sitio) de aquel mago que tan fielmente sirvió los reales caprichos de Felipe II. Desde fabricar oro con plomo hasta hacer edificios como éste que tienes ante tu cámara ahora mismo.
Y para finalizar, decirte que cuando se construyó esta pequeña réplica de El Escorial, en el año 1667, su estilista Juan de la Herrera llevaba muerto ya unas cuántas décadas. Sin embargo, ya ves, que su estilo seguía estando de moda...
