Para empezar esta audioguía, tienes que saber que entre el siglo XIV y la segunda mitad del XIX, Valencia estuvo rodeada por una gran muralla medieval. Y no es que terminara cayéndose, no; simplemente, se decidió su demolición para que la ciudad pudiese crecer con más libertad, siguiendo la costumbre de otros muchos lugares amurallados. Y es que entre las cuestiones prácticas y los tesoros históricos casi siempre acaban ganando las primeras.
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Para empezar esta audioguía, tienes que saber que entre el siglo XIV y la segunda mitad del XIX, Valencia estuvo rodeada por una gran muralla medieval. Y no es que terminara cayéndose, no; simplemente, se decidió su demolición para que la ciudad pudiese crecer con más libertad, siguiendo la costumbre de otros muchos lugares amurallados. Y es que entre las cuestiones prácticas y los tesoros históricos casi siempre acaban ganando las primeras.
Por suerte en esta capital aún quedan restos, ¡y no unos restos cualesquiera! Porque lo que permanece en pie son dos de las puertas fortificadas que en tiempos formaron parte del colosal muro valenciano: las Torres de Serranos, de las que te hablamos en otra audioguía, y las de Quart.
Empezaba a declinar la Edad Media cuando los maestros Francesc Baldomar y Pere Compte se emplearon a fondo para dar forma gótica y eficacia militar a las Torres de Quart. El de Compte es, por cierto, un nombre muy presente en un puñado de edificios históricos de la zona, ya que dirigió las obras de varias catedrales y fue responsable de la Lonja y del Consulado del Mar, de la que también te contamos cosas en otra de nuestras audioguías.
Construcciones que los siglos junto a la manía humana de guerrear sin pensárselo mucho, iban a poner a prueba, y de las que a día de hoy se puede decir que han sido capaces de soportarlo todo. Desde antiguos asedios y batallas hasta el monóxido de carbono de los miles y miles de coches que diariamente circulan por los alrededores en la actualidad.
Aunque de todas las historias de las Torres de Quart, seguramente ninguna fue tan trascendente como la resistencia que opusieron contra los ejércitos napoleónicos. Las tropas invasoras bombardearon hasta aburrirse los bastiones valencianos, pero los muros y la ciudad aguantaron y aguantaron, y las pruebas las tienes a la vista: un montón de impactos de cañón que se aprecian perfectamente por todo su exterior.
Las torres han servido para algunas cosas más a lo largo de los tiempos. Sin ir más lejos, se utilizaron como prisión en diferentes épocas, y parece ser que fue ese uso lo que las salvó, en su momento, de la demolición que se llevó por delante al resto de las murallas.
