Hay una famosa frase sobre España que dicen que dijo un antiguo canciller alemán llamado Otto von Bismarck: aquello de que era la nación más fuerte del mundo porque los españoles llevaban siglos intentando cargársela sin conseguirlo.
Cuando echamos un vistazo a la sucesión de disparates que es el siglo XIX español, no queda más remedio que darle al señor Otto algo de razón. En 1873, sin ir más lejos, el país estaba metido en la Tercera Guerra Carlista, y mientras eso ocurría aparecieron los ingleses con dinero fresco para comprarse las minas de Riotinto.
La explotación minera trajo a Huelva un desarrollo vertiginoso y un montón de industrias, infraestructuras y oficinas en la Andalucía de entonces. Y atrajo también una avalancha de trabajadores, a los que se procuró alojar de alguna forma que mejorase las duras condiciones en que los obreros de la época solían vivir.
Estaba a punto de nacer el Barrio Reina Victoria, que iba a encajar en mitad de Huelva un trocito de la vieja Inglaterra. El proyecto se basaba en la idea de la ciudad jardín, muy en boga en tierras británicas desde hacía tiempo, y planteaba calles anchas y bien iluminadas, alamedas, jardines, setos y edificios de una sola altura, todo en una curiosa mezcla estilística en la que predominaba un indiscutible saborcillo inglés.
La construcción se emprendió en 1916, y tres años más tarde había más de doscientas viviendas construidas, a las que después se añadirían algunas más. Así que este lugar, peculiar donde los haya, ya ha cumplido un siglo de vida. Además cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural y se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad onubense.
Pero nos queda por comentar el asunto del nombre, porque, aunque mucha gente conoce la zona como Barrio Obrero, hay una pregunta que hacerse: ¿Quién se supone que es la reina Victoria en cuestión?
Existen dos respuestas posibles al enigma: la reina Victoria de Inglaterra o la reina Victoria de España, aunque no creas que hay una gran diferencia entre las dos opciones porque la segunda, esposa de Alfonso XIII, era natural de Escocia y nieta de la primera. Vamos, que de alguna forma todo queda en casa.