Si te gustan las historias tenebrosas, seguro que estarás deseando saber qué es lo que hay detrás de esta impresionante mansión renacentista, levantada alrededor del año 1500 y que se llama la Casa de las Muertes.
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Si te gustan las historias tenebrosas, seguro que estarás deseando saber qué es lo que hay detrás de esta impresionante mansión renacentista, levantada alrededor del año 1500 y que se llama la Casa de las Muertes.
Explicaciones sobre el porqué de su tétrico nombre hay varias y la más evidente está a la vista: las cuatro calaveras de piedra que adornan la fachada junto con medallones y pilastras. Pero otras versiones más truculentas hablan de sucesos terribles en este lugar; sucesos a medio camino entre la Historia y la leyenda, que habrían dejado aquí una macabra sucesión de cadáveres. El más conocido de esos relatos se sitúa a principios del XIX y empieza con un caballero llamado Diego enamorándose hasta la médula de una joven recién salida del convento.
La pareja se casó al poco tiempo y al poco más Diego tuvo que irse a la guerra y dejar sola a la jovencita Mencía. Y ella, que al parecer se aburría mucho, no decidió echarse un amante, ni dos… Hasta tres fueron los mozos que desfilaban regularmente por la casa mientras el marido estaba lejos, entretenido con sus batallitas.
Pero Diego volvió y a sus oídos llegaron rumores que no le gustaron nada. Así que, fingiendo irse de caza, se quedó vigilando y pudo confirmar con sus propios ojos como el trío de mancebos se turnaba para divertir a su legítima. Echó entonces mano de su espadón y con él destripó al primero, al segundo y al tercero, pero de la última lucha salió con una herida mortal.
Ensangrentado y moribundo, le quedó el tiempo justo para acercarse a su infiel esposa, agarrarla por el cuello y con sus últimas fuerzas asegurarse de llevársela consigo al otro barrio.
Sin embargo, las cosas no acaban con los cadáveres de don Diego y doña Mencía, porque pocos años más tarde aparecía en el patio de la casa el cuerpo de otra joven asesinada. Tanto mal fario parecía envolver al lugar que nadie quería vivir en él y se decidió retirar las calaveras de la fachada por ver si así se ahuyentaba el aura macabra de la mansión.
Finalmente, los tétricos adornos se volvieron a colocar en su sitio en 1963 y allí siguen, asustando al personal.