Si toda la isla de Mallorca es famosa por su belleza, imagina cómo tendrá que ser su pueblo más bonito. Bueno, mejor que imaginarlo es verlo con tus propios ojos, así que empieza por coger un mapa y buscar el valle del Sóller, en plena Sierra de Tramontana. Allí está Fornalutx.
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Si toda la isla de Mallorca es famosa por su belleza, imagina cómo tendrá que ser su pueblo más bonito. Bueno, mejor que imaginarlo es verlo con tus propios ojos, así que empieza por coger un mapa y buscar el valle del Sóller, en plena Sierra de Tramontana. Allí está Fornalutx.
A este pueblo se le han concedido unos cuantos premios por lo bien que ha sabido conservar, cuidar y embellecer la antigua villa. Antigua villa que, como muchas de la península, cuenta con un pasado árabe y una reconquista cristiana. Terminada esta última, y siguiendo la costumbre, se levantó rápidamente una iglesia gótica, pero de aquel templo medieval queda muy poco por la razón de siempre: siglos y siglos de obras, reformas, arreglos y demoliciones. Así que su aspecto actual es más bien barroco, y se trata de un buen sitio para empezar tu paseo por las preciosas calles empedradas de la localidad.
Además, se encuentra pegada a la plaza de España, donde podrás tomar un café en una terraza y darte algún pellizco que te convenza de que, efectivamente, estás en medio de toda esta hermosura y no a punto de despertarte de la siesta para ir a currar.
En esa zona, la más elevada de Fornalutx, se te pasará el tiempo volando y dispararás fotos y megapíxeles como si te fuera la vida en ello. Pero más abajo también te esperan maravillas como el Ayuntamiento y su espectacular torre defensiva. Vayas por donde vayas, recuerda prestar atención a las tejas que sobresalen de la fachada de las casas. En algunos de esos voladizos podrás encontrar unas curiosas pinturas, casi siempre en color rojo, que son toda una tradición de siglos en estos lares. Al parecer, los dibujos y las composiciones de las tejas pintadas no tenían un fin exclusivamente decorativo; se usaban también de forma simbólica, para proteger a los habitantes de la casa de peligros y desgracias.
Si tu maratón fotográfico en Fornalutx te deja tiempo y sitio en la cámara, puedes darte una caminata por alguna de las rutas senderistas de la zona, o acercarte hasta el mar y bañarte en lugares tan paradisíacos como Cala Deià.
Haznos caso. Este es un pueblo bonito y especial donde los haya.