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Lonja de la Seda

Valencia

Audioguía de la Lonja de la Seda

Qué ver en la Lonja de la Seda

Es bien sabido que el dinero y el poder siempre han formado un sólido matrimonio. Y que a ambos les ha gustado, toda la vida, reclamar los servicios de los mejores artistas para pasar a la posteridad con estilo y distinción.

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Es bien sabido que el dinero y el poder siempre han formado un sólido matrimonio. Y que a ambos les ha gustado, toda la vida, reclamar los servicios de los mejores artistas para pasar a la posteridad con estilo y distinción.

Es por ello que ya habrás visto unos cuantos retratos de comerciantes flamencos del siglo XV poniéndole su perfil bueno al pintor, ¿verdad? Pues personajes muy parecidos, forrados de oro y vestidos con sedas y zapatos puntiagudos, fueron quienes encargaron la construcción de la majestuosa Lonja de Mercaderes de Valencia. Un edificio con cierto aire de palacio veneciano que, seguramente, tiene mucha menos fama de la que merece.

Situémonos a finales de ese siglo XV: Valencia es riquísima, su burguesía está entre las más pujantes de Europa y en la ciudad florecen las artes y las letras. Por si fuera poco, ha habido ya un papa valenciano y otro que esperaba su turno. Así que, en 1482, se empieza a construir un edificio que simbolice todo ese esplendor. Pero no estará terminado hasta mediados del siglo siguiente, y resultó que para entonces se había encontrado un nuevo continente según miras hacia el Oeste. Este hecho hizo que se restara importancia a los puertos mediterráneos ya que quedaban un poco a desmano para las expediciones.

Pero la construcción, que es lo que nos importa, resultó ser una verdadera obra maestra del gótico tardío que fue destinada, principalmente, al comercio de la seda. Y por ello hoy es más conocida como Lonja de la Seda, que como Lonja de Mercaderes.

En su arquitectura no faltan profundas e intricadas simbologías. Las columnas helicoidales que sostienen la bóveda desde el interior forman una especie de palmeral de piedra, y por sus fachadas coquetean dragones, demonios y otras figuras fantásticas. Hay también un pequeño calabozo que acogía a los ladronzuelos de seda, una capilla, un torreón al que se sube por una escalera de caracol y un pacífico patio donde descansar bajo las gárgolas. Y por cierto, no dejes de mirar con mucha atención estas gárgolas porque verás que representan escenas satíricas, eróticas y raritas hasta decir basta. El conjunto, ya ves, es tan espectacular, que la UNESCO no se lo pensó dos veces para incluirlo en su lista como Patrimonio de la Humanidad.

El Pabellón del Consulado, justo al lado, se empezó algo más tarde y tiene un aspecto más renacentista, o, si quieres, menos fantasioso. En su día sirvió de sede a la antiquísima institución del Consulado del Mar, que se ocupaba de resolver los asuntos del comercio marítimo. Si entras en el salón principal y miras hacia arriba, verás un increíble artesonado plagado de figuras y motivos que van del zodíaco a la heráldica y de lo horrendo a lo humorístico.

Ambos edificios están entre las mayores joyas de la capital valenciana, así que hay que verlos sin dudarlo. Haznos caso…


Lonja de la Seda

Carrer de la Llotja, 2
46001 Valencia
(+34) 962 08 41 53

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