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Almagro

Ciudad Real

Audioguía de Almagro

Qué ver en Almagro

La villa de Almagro tiene muchas cosas que la hacen interesante y una que la hace excepcional. Pero vamos a empezar por las primeras.

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La villa de Almagro tiene muchas cosas que la hacen interesante y una que la hace excepcional. Pero vamos a empezar por las primeras.

Según algunos indicios, este lugar fue ya en la Edad de Bronce un asentamiento humano. También sabemos que también estuvieron los romanos, para no variar en ésta la Historia de España.

Más tarde, en tiempos medievales, Almagro estuvo unida a la Orden de Calatrava y alternó los períodos de vacas gordas con los de vacas flacas. Los primeros dejaron en la villa palacios, casas nobles y un magnífico conjunto de iglesias, ermitas y monasterios. En todo ese esplendor quedó la huella de personajes como los Fugger, famosos banqueros alemanes que consiguieron aquí beneficios y privilegios gracias a los apuros financieros del rey Carlos V. La iglesia de San Blas, por ejemplo, fue levantada con el dinero de aquellos germanos.

También de esas épocas queda una curiosa plaza mayor, con soportales y galerías, en la que hasta 1785 se celebraron corridas de toros. Unas décadas más tarde se construyó un coso taurino del que saldría una expresión conocida en el mundillo del toro: Quedar peor que Cagancho en Almagro. Ese Cagancho era un torero que, en 1927, salió huyendo del toro en la plaza almagreña y fue multado, por ello, con el equivalente a 1 euro y medio. Y se ve que el lugar estaba un poco gafado porque, solo cinco años más tarde, una multitud enfadadísima acabaría incendiándolo tras la cancelación de una corrida.

Pero como te adelantábamos al principio, en mitad del siglo XX ocurre algo trascendental para la villa: se descubre un corral de comedias del XVII que, una vez restaurado, va a convertirse en el mayor tesoro de Almagro y en su verdadera seña de identidad. Puedes buscar otro igual, pero no lo vas a encontrar; así que guarda un rato para verlo.

En la España del Siglo de Oro, las representaciones teatrales se hacían en los patios de mesones o casas de vecinos y, en general, se les llamaba comedias, aunque fueran dramas. Los hombres las veían de pie en el patio, y las mujeres en un corredor llamado cazuela, enfrente del escenario. Unos y otras no se podían juntar, excepto en los corredores laterales que ocupaban los espectadores vip. Además había un encargado de mantener el orden a base de garrote, por si alguien se desmandaba.

Las condiciones higiénicas de esos corrales de comedias no eran muy allá y además, con tanta madera y telas, el peligro de incendio siempre rondaba, así que acabaron prohibiéndose en el siglo XVIII. El de Almagro, que llevaba funcionando desde 1629, volvió entonces a ser mesón, y su aspecto original quedó escondido bajo construcciones posteriores.

En los años cincuenta del siglo pasado, como te decíamos, esa reliquia salió a la luz un poco por casualidad, y a día de hoy es el centro del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro que aspira a ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Ahí es nada.


Almagro

Ejido de Calatrava, 1 (Oficina de Turismo)
13270 Almagro
(+34) 926 860 717

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